Tradicionalmente, en pacientes con taquicardia supraventricular (TSV) estable, las maniobras de Valsalva se han recomendado como la estrategia inicial de cardioversión. La tasa de éxito de las maniobras de Valsalva es baja, oscilando entre el 5 y el 20%. De ser fallidas, la siguiente línea de manejo es la administración de adenosina, que, al detener la conducción del nodo AV, causa en los pacientes usualmente alerta y conscientes, malestar profundo, opresión y ahogo, sensación que describen como de muerte inminente. Los autores del artículo tuvieron la hipótesis que una modificación postural podría aumentar el retorno venoso y la potencia del estímulo vagal para mejorar la efectividad de las maniobras de Valsalva y la tasa de cardioversión exitosa en pacientes con TSV.