En este apartado la guía no presenta cambios, se sigue definiendo como una necrosis de los cardiomiocitos en un contexto clínico consistente con una isquemia miocárdica aguda.
Se continua dando importancia a la medición de los biomarcadores cardíacos, especialmente las troponinas de alta sensibilidad (T o I), y con una de estas al menos por encima del percentil 99 del LSR; que además se acompañe de alguno de los siguientes:
- Síntomas de isquemia miocárdica
- Nuevos cambios isquémicos en el EKG
- Ondas Q patológicas en el EKG
- Evidencia imagenológica de pérdida de la viabilidad del miocardio o una nueva anormalidad en la contractilidad de la pared consistente con una etiología isquémica.
- Detección de un trombo intracoronario por angiografía o autopsia.