Las crisis hipertensivas es un problema de salud publica mundial, cómo las debo manejar en urgencias es escencial para la practica clínica diaria. Las emergencias hipertensivas representan situaciones de alto riesgo cardiovascular definidas por un aumento severo de la presión arterial asociado con daño orgánico agudo mediado por hipertensión en el corazón, el cerebro, la retina, los riñones y las grandes arterias.
Los valores de presión arterial por sí solos no predicen con precisión la presencia de emergencias hipertensivas; por lo tanto, la búsqueda de daño de órgano blanco debe ser el primer paso en el manejo de la hipertensión aguda grave. Una intervención terapéutica rápida es obligatoria para limitar y promover la regresión del daño de órganos diana, minimizar el riesgo de complicaciones y mejorar los resultados de los pacientes.
La terapia farmacológica para la crisis hipertensiva, la tensión arterial objetivo y la velocidad de disminución de la presión arterial están dictadas por el tipo de compromiso de órgano blanco, la farmacocinética específica del fármaco, los efectos adversos del fármaco y las comorbilidades. Por lo tanto, se justifica un enfoque personalizado. Sin embargo, actualmente hay una falta de evidencia sólida sobre las estrategias de tratamiento adecuadas para la mayoría de los casos de la crisis.